Óleo sobre lienzo sobre tabla
31,5 x 38,0 cm.
Nuenen: agosto de 1885
F 98, JH 901
Museo Koninklijk para Schone Kunsten
La obra de Van Gogh en 1885 se caracteriza por su concentración en la representación de la vida campesina, lo que marca este año como uno de gran importancia en su carrera artística. Su pintura «Los comedores de patatas» es un testimonio de este enfoque, con su composición compleja y su énfasis en retratar la vida ardua y sencilla de los campesinos. Van Gogh le comentó a su hermano Theo que su intención con esta obra era mostrar cómo estas personas, con sus manos que cavaban en la tierra, eran las mismas que comían los frutos de su trabajo.
Para mediados de 1885, después de completar varias de sus «pinturas de zuecos» (como él las llamaba), decidió cambiar su enfoque a obras más pequeñas. Un ejemplo de esta transición es «Campesina recolectando patatas«. El objetivo de este cambio era mejorar en la representación de las figuras, para que parecieran más llenas de vida y tridimensionales. Esta decisión fue en respuesta a las críticas sobre la aparente rigidez y falta de profundidad en sus figuras, especialmente en «Los comedores de patatas«.
En «Campesina recolectando patatas», observamos a una fuerte campesina inclinada sobre el campo, con la mirada fija en la tierra. Con sus grandes zuecos se mantiene firme, mientras que sus poderosas manos hunden un rastrillo en el suelo. La figura de la mujer y sus movimientos laboriosos se integran perfectamente con la dureza del trabajo en el campo. Esto se refleja en la elección de Van Gogh de una paleta de colores sombríos y terrosos para la figura y el paisaje. El estilo característico de Van Gogh, anguloso y algo desproporcionado, coincide con su representación honesta de los arduos trabajadores rurales.
Durante su periodo en Nuenen, en los Países Bajos (1883-1885), Van Gogh solía visitar las viviendas de los campesinos para realizar estudios del modo de vida rural. Compartió con su hermano Theo los retos que enfrentaba al intentar plasmar sus vivencias del campo en sus cuadros. En su visión, Jean-François Millet era el gran maestro del género campesino.
En 1958, la pieza «Campesina recolectando patatas» fue reconocida por Walther Van Beselaere, director en ese entonces del Real Museo de Bellas Artes de Amberes, como «la única gran obra de la etapa oscura de Vincent en Holanda que estaba en manos flamencas». La adquisición de esta pieza por el Museo Koninklijk fue posible gracias a su precio accesible en una subasta. Lamentablemente, en septiembre de 1997, la obra fue robada del museo junto con una obra del pintor francés Adolphe Monticelli. Afortunadamente, las obras de arte fueron recuperadas dos semanas después cuando dos de los tres ladrones fueron arrestados en una operación encubierta.