También conocida como la silla de posta de Tarascón
Al describir esta pintura en una carta a su hermano Theo, Van Gogh evocó la novela Tartarin de Tarascon (1872) de Alphonse Daudet, en la que una vieja diligencia de Provenza, ahora en uso en las colonias francesas en el norte de África, recuerda sus días de gloria en la ruta Tarascon-Nîmes. Van Gogh escribió que había pintado ese carruaje. Este tema, que data del período del artista en Arles (1888-1889), expresa su nostalgia por las viejas costumbres de Provenza que estaban desapareciendo rápidamente. La composición también muestra otra influencia: los grabados japoneses que amaban al artista, con sus atrevidas composiciones, su perspectiva no occidental y sus colores brillantes.
Óleo sobre lienzo, Arlés, (1888) 71,4 x 92,5 cm.
F 478a, JH 1605