Paul-Eugène Milliet es un subteniente de los zuavos. En Arlés entabla amistad con Vincent, les gusta beber y dibujar. Vincent le da clases a Milliet y le escribe al respecto a Emile Bernard: «Conozco aquí a un subteniente de los zuavos; su nombre es Milliet. Le doy lecciones de dibujo, con mi marco de perspectiva, y está empezando a hacer algunos dibujos y, sinceramente, he visto cosas mucho peores. Tiene muchas ganas de aprender. . . .»
Van Gogh, cuyo contacto con las mujeres es incómodo, admira al teniente por sus romances. Con cierta ironía le confiesa a Theo: ‘Milliet tiene suerte, tiene todas las Arlésiennes que quiere, pero ese es su problema también, no puede pintarlas, y si fuera pintor no tendría ninguna’. En este retrato lo representa como el prototipo de un amante.
Óleo sobre lienzo
60,0 x 49,0 cm.
Arles, finales de septiembre de 1888
F 473, JH 1588
Museo Kröller-Müller