Óleo sobre lienzo
65,7 x 79,3 cm.
Nuenen: mediados de mayo de 1885
F 83, JH 777
El viejo refugio rural bajo el atardecer ofrece una pintoresca representación de la vida campestre. Van Gogh se refería a estas modestas moradas como «nidos de la gente», sintiendo que poseían una esencia acogedora. Este refugio consiste en dos viviendas, cada una con su propia puerta principal, pero compartiendo una única chimenea. Este tipo de residencia estaba, en aquel entonces, a punto de extinguirse. «Me impactó profundamente; estas dos cabañas, semiderruidas bajo un mismo techo de paja, me evocaban a dos ancianos gastados que se unen para formar una única entidad y que uno observa apoyándose entre sí», plasmó en sus escritos.
El asunto no dejó de intrigarle. Pasados cuatro años, ya en Francia, retomó el dibujo y la pintura de viejas residencias. Sin embargo, su modo de pintar había experimentado una transformación notable durante esos años: para aquel entonces, se decantaba por los colores vibrantes y las pinceladas desenfadas.