Cuando van Gogh se encontró esta «gigante polilla» le escribió a Theo: «Ayer dibujé una polilla nocturna muy grande y bastante rara que le llaman «cabeza de la muerte», es muy grande. Para pintarla habría tenido que matarla, y eso hubiera sido una lástima ya que el animal era tan hermoso». Finalmente Vincent la dibujó basándose en un dibujo. Esto nos demuestra la sensibilidad de van Gogh hacia la naturaleza.
Óleo sobre lienzo
33,5 x 24,5 cm.
Saint-Rémy, mayo de 1889
F 610, JH 1702
Museo van Gogh, Ámsterdam