Vincent siempre estaba buscando modelos que retratar, pero la falta de dinero le impedía contratar con la frecuencia que a él le hubiese gustado, como deja testimonio en sus cartas, de ahí que tenga tantos autorretratos, los hacía no en su afán de protagonismo, ni mucho menos, pero era su forma para perfeccionar la técnica con un modelo real.
En este caso, y como en casi todos sus retratos, la modelo es una mujer trabajadora (quizá una prostituta), que se prestaban a posar para conseguir algo de dinero.
Vincent quería convertirse en un pintor de le «gente trabajadora » quería transmitir en sus rostros y sus facciones la dureza de la vida en su época. No estaba interesado tanto en representar «fotográficamente» a una persona en concreto, sino a un conjunto, en este caso «las mujeres trabajadoras».
Amberes, diciembre de 1885
óleo sobre lienzo, 35,2 cm x 24,4 cm.
Museo van Gogh Ámsterdam