Óleo sobre lienzo
72,5 × 91,5 cm.
(1890)
F 676, JH 1970
Museo Kroller-Müller
Durante su período parisino, Van Gogh ya pintó un bosque de una manera inusual y original: no los árboles altos y el follaje, sino el suelo, la base de los troncos y la vegetación baja, como la hiedra, la hierba y las plantas pequeñas. Durante su estancia en el asilo de Saint-Rémy vuelve a realizar esta especie de «primer plano» de un prado con flores y los troncos de dos pinos.