Este dibujo lo realizó van Gogh durante su estancia en el hospital de Saint-Rémy-de-Provence, entre mayo y junio de 1889. Utilizó tiza, pluma de caña, pluma y tinta, sobre un papel de 49,8 cm x 46,3 cm.
Lo llamativo de este dibujo fue que van Gogh raspó la la tinta en lo que es el chorro de agua de la fuente dejando las fibras del papel al descubierto para darle un efecto de mayor brillo.