Los girasoles de van Gogh es como se conoce a una serie de siete bodegones o naturalezas muertas que realizó Vincent van Gogh en Arlés entre 1888 y 1889.
La idea de esta serie era simplemente como decoración de «La casa Amarilla«, dónde Vincent soñaba con crear una comunidad de artistas. Así le explicaba entusiasmado a su hermano en una carta:
«Con la esperanza de llegar a vivir con Gauguin en nuestro estudio, quiero pintar una serie de cuadros. Nada más que grandes girasoles… Si llevo a cabo mi plan, pintaré una docena de cuadros. El conjunto es una sinfonía en azul y amarillo. Trabajo todos los días desde que sale el sol. Porque las flores se marchitan enseguida y hay que pintarlo todo de una vez.»
Las obras representan a los girasoles en todas las etapas de su vida, desde pequeños y florecientes hasta grandes y marchitos, como la vida misma… y amarillo, «Un sol, una luz que, a falta de un calificativo mejor, sólo puedo definir con amarillo, un pálido amarillo azufre, un amarillo limón pálido. ¡Qué hermoso es el amarillo!»
Van Gogh utiliza dos clases de girasoles para sus naturalezas muertas, los teddy bear (osito de peluche) y girasoles big smile (girasol sonriente).
Actualmente cinco de estas obras están expuestas al público en diferentes museos; de las dos restantes, una fue destruida en la II Guerra Mundial y la otra se encuentra en una colección privada de los Estados Unidos.