Vincent van Gogh es uno de los artistas más famosos e influyentes de todos los tiempos, conocido por sus vibrantes pinturas y su vida trágica. Pero antes de convertirse en un artista, Van Gogh tuvo una vida temprana llena de experiencias que lo influenciaron de manera profunda.
Vincent Willem van Gogh nació en Zundert, un pequeño pueblo en los Países Bajos, el 30 de marzo de 1853. Fue el hijo mayor de una familia de clase media, y sus padres eran religiosos y trabajadores. Su padre, Theodorus van Gogh, era un pastor protestante, mientras que su madre, Anna Cornelia Carbentus, era una mujer educada y artística.
Van Gogh tenía tres hermanos menores, y desde temprana edad demostró una inclinación por el dibujo y la pintura. Sin embargo, su familia esperaba que siguiera los pasos de su padre y se convirtiera en pastor. A los 16 años, Van Gogh dejó la escuela y comenzó a trabajar en la galería de arte de su tío en La Haya, pero su tío lo despidió después de que discutieran sobre la venta de algunos cuadros.
Después de esto, Van Gogh se mudó a Inglaterra y comenzó a trabajar como vendedor de libros y mercader en una tienda de arte. Esta experiencia lo expuso a la cultura inglesa y a la literatura, que tendrían una gran influencia en su trabajo más tarde. Sin embargo, después de varios años, Van Gogh perdió su trabajo debido a su temperamento volátil y su falta de habilidades sociales.
En 1879, a los 26 años, Van Gogh decidió seguir los pasos de su padre y se convirtió en pastor. Aunque trabajó duro y se tomó su trabajo en serio, pronto descubrió que no era un buen ajuste para él. Sus ideas radicales y su estilo de predicación poco convencional lo pusieron en conflicto con las congregaciones, y en 1880, después de solo un año como pastor, fue despedido.
Después de su experiencia como pastor, Van Gogh decidió que su verdadera vocación era la pintura. En 1880, a los 27 años, comenzó a tomar clases de dibujo en Bruselas, Bélgica. Fue en este momento que Van Gogh decidió dedicar su vida a la pintura y comenzó su viaje hacia convertirse en uno de los artistas más importantes de la historia.
En resumen, la vida temprana de Vincent van Gogh estuvo marcada por la religión, el trabajo duro y la búsqueda de su verdadera vocación. Su amor por el arte y su pasión por la creatividad lo llevaron a abandonar su carrera como pastor y perseguir su sueño de convertirse en un artista. A pesar de las dificultades que enfrentó en su vida temprana, Van Gogh encontró la inspiración y la fuerza para crear algunas de las obras de arte más importantes y duraderas de la historia.