Albert Aurier biografía

Albert Aurier fue un crítico de arte y escritor francés nacido en 1865 y fallecido en 1892 a los 27 años de edad. Aunque su carrera fue corta, tuvo una influencia significativa en la promoción del simbolismo y el postimpresionismo en Francia durante la década de 1890.

Aurier comenzó su carrera como escritor a los 21 años, y pronto se interesó por el mundo del arte. En 1890 publicó un ensayo titulado «Les Isolés: Vincent Van Gogh» en el periódico Mercure de France. Este ensayo es considerado como una de las mejores críticas de arte de la época y es elogiado por su enfoque visionario y apasionado.

En su crítica de Van Gogh, Aurier reconoció al artista como un genio y profeta que había creado una nueva forma de arte. Aurier escribió: «Vincent Van Gogh es un hombre superior, uno de los más grandes artistas que ha existido«. Además, señaló que la obra de Van Gogh era una «rebelión contra la naturaleza» y que su estilo era «salvaje y poético«.

Aurier también destacó el uso innovador de Van Gogh del color y la forma, así como su capacidad para expresar emociones profundas a través de su arte. En general, su crítica ayudó a aumentar el reconocimiento y la aceptación de Van Gogh en el mundo del arte y contribuyó a establecerlo como uno de los artistas más importantes de la época.

Desafortunadamente, Aurier murió trágicamente a la edad de 27 años en un accidente de bicicleta. Sin embargo, su obra literaria y crítica de arte dejó una huella duradera en la historia del arte francés y europeo, y su compromiso con el simbolismo y el postimpresionismo sigue siendo una importante influencia en la cultura artística contemporánea.

Texto Les Isolés: Van Gogh

«No conocía a este Vincent Van Gogh, caí completamente por casualidad en su primera exposición a la que fui invitado. Fui con una especie de indiferencia educada, esperando una exposición mediocre, me sorprendió mucho la calidad de sus cuadros y fui golpeado, casi emocionado, por el lírico salvaje y apasionado que contienen. Vincent Van Gogh es un hombre superior, uno de los artistas más grandes que han existido. Fue creado como un profeta, tiene un mensaje que transmitir, un mensaje imperioso y convincente, que proviene de una fuente profunda, desconocida para los hombres y que reside en su propia naturaleza. Este mensaje es la revuelta contra la naturaleza, la revuelta contra las leyes y costumbres que han moldeado nuestra existencia social. Declara que todo lo creado por la sociedad es feo y enfermizo, y que el papel del artista es crear un nuevo equilibrio, una nueva armonía. Proclama la belleza de los colores y las formas nuevas, salvajes, violentas y poéticas, fuera de todas las convenciones.

Los cuadros de Vincent Van Gogh no son cuadros, son poemas. Expresan una emoción profunda que nos llega aún más profundamente porque no siempre podemos entenderla. Vincent Van Gogh quiere destruir las viejas convenciones y crear nuevos tipos de seres, para dar a la vida un nuevo significado y un nuevo valor. Su pintura es como una explosión de luz, de colores y sentimientos. Es una erupción volcánica de su alma, que ha encontrado en el arte una válvula de escape y una expresión. Es como un hombre loco que ve la naturaleza con una claridad maravillosa y que quiere traducir esta visión en un lenguaje nuevo. Su pintura es una especie de sinfonía en colores, que representa una lucha titánica entre el bien y el mal, entre la belleza y la fealdad. Quiere representar los sentimientos más profundos del alma humana, las emociones más violentas y apasionadas, la locura y el dolor, la alegría y la desesperación.

Su dibujo es seco y nervioso, el color es puro y violento, las formas son extrañas e inesperadas. Es como un poeta que busca nuevas palabras, nuevas imágenes, para expresar sus pensamientos y sentimientos. Quiere crear una nueva visión del mundo, para conmover las almas y los corazones de sus contemporáneos. Encontró una nueva fuente de inspiración en la naturaleza salvaje y poética, en los paisajes lunares de la Provenza, en los campos de trigo, los viñedos, los cipreses y los olivos. Encontró una nueva belleza en los rostros extraños y enfermizos de los campesinos, en los gestos vivos y angulosos de las mujeres, en los contornos severos y grandiosos de los edificios. En todas partes encontró una nueva vida, una nueva alegría, una nueva fuerza.

Y él mismo se convirtió en un aislado, en un hombre solitario y misterioso, que lucha contra la sociedad, que busca una nueva verdad y una nueva belleza.

Vincent Van Gogh no es un artista como los demás, no pertenece a ninguna escuela o grupo. Es un aislado, un hombre que ha encontrado su propia vía, que ha creado su propio lenguaje. No hay nada de académico en su obra, no hay nada de convencional. Todo es nuevo, todo es original. Su pintura es una mezcla extraña de lo antiguo y lo moderno, de lo clásico y lo romántico. Es una síntesis de todas las artes, de la música, la poesía y la pintura. Es un canto a la vida, a la naturaleza, al amor y al dolor. Es una obra maestra de la sensibilidad humana, que nunca será olvidada.

Vincent Van Gogh no es sólo un gran artista, es también un gran hombre. Su vida es un ejemplo de coraje y de sacrificio. Fue un hombre pobre, un hombre enfermo, un hombre incomprendido. Pero nunca renunció a su arte, nunca se dejó vencer por la adversidad. Su fe en la belleza y en la verdad lo sostuvo hasta el final de su vida. Y su muerte fue una muerte heroica, una muerte de mártir. Fue un hombre que amaba la vida, que amaba a los hombres, que amaba la libertad.

Vincent Van Gogh es un aislado, un hombre solitario que lucha contra la sociedad. Pero su lucha no es sólo suya, es la lucha de todos los hombres que buscan una nueva verdad y una nueva belleza. Su mensaje es el mensaje de la libertad, de la rebelión, de la creación. Su obra es una obra maestra de la pintura, pero también es una obra maestra de la humanidad. Su vida y su obra son inseparables, son la misma cosa. Y su legado es un legado de amor y de esperanza para todos los hombres.»