Entre 1884 y 1885, Vincent van Gogh vivió en Nuenen, una pequeña aldea en los Países Bajos. Durante este tiempo, pintó varias obras que representan paisajes y escenas de la vida local, incluyendo varias pinturas de la antigua torre de la iglesia en Nuenen.
Uno de los ejemplos más famosos de estas pinturas es «La vieja torre de la iglesia en Nuenen«. En esta pintura, Van Gogh retrató la antigua torre de la iglesia de Nuenen, un edificio que evidentemente le fascinaba y que representó en diferentes estaciones y momentos del día.
Es importante señalar que Van Gogh pintó la torre de la iglesia de Nuenen en un estilo que refleja su creciente interés por la pintura de género y su deseo de representar la vida de los campesinos y los trabajadores rurales. Las pinturas que realizó durante este período son notablemente más oscuras y más sombrías que las obras luminosas y coloridas por las que se hizo famoso más tarde en su carrera.
En 1885, Van Gogh pintó «La congregación saliendo de la iglesia reformada en Nuenen» como un regalo para su madre. Esta pintura muestra la iglesia de Nuenen con su congregación saliendo después del servicio. Más tarde, después de la muerte de su padre, Van Gogh reutilizó esta pintura y añadió una serie de figuras enlutadas a la escena.
Estas pinturas de la iglesia en Nuenen son un reflejo de la vida y los cambios en la vida de Van Gogh durante este período.
Torre de la iglesia vieja
Jardín rectoral en Nuenen en primavera
Torre del cementerio viejo de Nuenen en la nieve
Jardín de la casa parroquial de Nuenen en la nieve