El Cristo amarillo

El famoso cuadro de Paul Gauguin conocido como “El Cristo Amarillo” (Le Christ Jaune en francés) fue pintado por el artista en septiembre de 1889, ya sea en Pont-Aven (Bretaña) o más tarde en Le Pouldu.

Gauguin utilizó la técnica del cloisonné, inspirada en esmaltes y vidrieras, para crear grandes zonas de color plano delimitadas por contornos en azul o negro. Este estilo artístico se conoce como fauvismo y está influenciado por la obra de Vincent van Gogh, donde el color es el elemento primordial. Gauguin se refiere a su estilo como “sintetismo”, ya que sintetiza la observación del sujeto con los sentimientos que provoca en el artista.

La coloración del cuadro es típica del otoño en Bretaña, con combinaciones de amarillos, naranjas y verdes que se complementan con el amarillo de Cristo. La tradición bretona otorga un significado espiritual al otoño como una “crucifixión” de los cultivos que resucitan en primavera.

Para la figura central de Cristo, Gauguin se inspiró en una talla policromada del siglo XVII, de autor anónimo, que se encuentra en la capilla de Trémalo, en las afueras de Pont-Aven. El color blanquecino pálido de Cristo se transforma en amarillo en la obra de Gauguin.

Junto a Cristo se representan tres mujeres bretonas en actitud reverente, ocupando el lugar de las Marías en la Crucifixión. La actitud de reverencia sugiere la misma devoción mostrada en el cuadro de “La Visión Tras el Sermón“. La figura de Cristo en el centro del cuadro es una visión que aparece a las mujeres que están rezando. Los motivos centrales están desplazados hacia la izquierda. En el plano medio de la derecha, una figura salta una valla interpretado como una evasión. Al fondo se muestra el campo bretón y casas dispersas entre los árboles.

En el mismo año, Gauguin pintó otra obra titulada “Autorretrato con Cristo Amarillo“. En esta obra, la figura central de Cristo amarillo aparece invertida en el fondo, detrás del autorretrato en primer plano. El rostro de Cristo muestra similitudes con la fisonomía del propio artista. Se conservan un estudio del Cristo amarillo hecho a lápiz en la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza, y un esbozo en acuarela en la colección Chapman de Nueva York.