Vincent van Gogh y Paul Gauguin fueron dos de los artistas más influyentes de la época postimpresionista, y aunque su amistad fue breve, su correspondencia y colaboración artística dejaron una marca duradera en la historia del arte.
La relación entre Van Gogh y Gauguin comenzó en 1887, cuando Van Gogh decidió mudarse a la ciudad de Arles, en el sur de Francia, para fundar una colonia de artistas. Van Gogh estaba emocionado por la idea de tener a un artista de renombre como compañero, y rápidamente invitó a Gauguin a unirse a él. A pesar de que Gauguin estaba un poco reticente al principio, finalmente aceptó la oferta de Van Gogh y se mudó a Arles en octubre de 1888.
Inicialmente, la relación entre los dos artistas parecía ser buena. Compartieron ideas artísticas y filosóficas, y pasaron horas discutiendo y pintando juntos. Durante este tiempo, Van Gogh estaba particularmente impresionado por la técnica y la creatividad de Gauguin, y aprendió mucho de él.
Sin embargo, la relación entre los dos comenzó a deteriorarse rápidamente. Gauguin tenía un temperamento difícil, y esto a menudo causaba conflictos con Van Gogh. Además, los dos tenían ideas artísticas muy diferentes, y esto a menudo resultaba en desacuerdos creativos. A pesar de estos desacuerdos, ambos artistas seguían admirándose mutuamente y compartiendo una profunda admiración por el arte japonés.
En diciembre de 1888, el conflicto entre Van Gogh y Gauguin llegó a su punto crítico. Después de una discusión acalorada, Van Gogh cortó parte de su propia oreja izquierda. Gauguin se fue de Arles poco después, y la amistad entre los dos nunca se recuperó por completo.
A pesar de su corta relación, la colaboración entre Van Gogh y Gauguin resultó en algunas de las obras de arte más icónicas de la época postimpresionista. Van Gogh creó algunas de sus obras más famosas durante su tiempo en Arles, incluyendo «La casa amarilla» y «El dormitorio en Arles«. Gauguin también creó algunas de sus obras más importantes después de su tiempo en Arles, incluyendo «Mujeres de Tahití».
«La noche estrellada«, una de las obras más famosas de Van Gogh, no fue pintada durante su tiempo en Arles con Gauguin. De hecho, Van Gogh pintó esta obra en Saint-Rémy-de-Provence, donde se encontraba en un asilo para tratar su enfermedad mental. Esta obra es conocida por su estilo característico de pinceladas vibrantes y audaces, y por la representación evocadora del cielo nocturno con sus estrellas brillantes y enérgicas. Esta obra ha sido objeto de muchas interpretaciones y se ha convertido en un símbolo del arte moderno.
A pesar de los conflictos y desacuerdos entre Van Gogh y Gauguin, su correspondencia y colaboración artística dejaron una marca duradera en la historia del arte y continúan siendo objeto de estudio